El ámbar, la gema orgánica más bella

Hoy estoy muy ilusionado de escribir sobre el ámbar, y es que se trata de una gema orgánica muy particular. Dependiendo de la zona de origen, encontraremos ejemplares muy diversos, colores amarillos, naranjas, rojizos, e incluso verdes. ¿Qué lo hace tan especial? ¿Por qué puede llegar a valer tanto?

En este artículo del Universo Luz os contaremos las características principales de esta gema. Nos adentraremos en su origen e historia, para después analizar las diferentes calidades y falsificaciones. Además, os mostraremos diversos ejemplares para ilustrar la explicación.

HISTORIA

La primera aparición documentada que se conoce del ámbar data de 2000 años a.C., en Mesopotamia. Desde entonces, esta gema orgánica ha sido empleada en innumerables artilugios.

Los antiguos griegos creían que el ámbar provenía de las lágrimas de luto de Heliades, que se convirtió en un álamo, tras la muerte de su hermano, Faetón (hijo del dios Helios y la ninfa del mar Clymene), quien pidió permiso a su padre para conducir el carro del sol a través del cielo, y de esta manera poner a prueba su origen divino. Helio dio su consentimiento, pero la falta de experiencia y la mala suerte vino al encuentro de Faetón. Éste hizo volar el carro demasiado alto y la tierra se congeló en parte, luego voló demasiado bajo y así sin advertirlo convirtió partes de África en desiertos. Fue entonces que intervino Zeus, quién lanzó un rayo contra Faetón aniquilándolo de inmediato.

Otra referencia a su calidad eléctrica nos llega de los Persas, que lo llamaban «Karabe» es decir “lo que atrae una mota”. Como sugiere otro nombre coloquial “Piedra del mar” el ámbar queda flotando en el agua salada para luego depositarse sobre las playas de la costa del Mar Báltico, llegando a veces hasta las Islas Británicas.

Los continuos debates hicieron hincapié en la antigua Roma, ya que los filósofos no podían llegar a un acuerdo acerca del origen del ámbar asumiendo que podía ser de origen vegetal, mineral, o animal, como también lodo calentado de un lago.

Algunos europeos, por su parte, creían que la aparición del ámbar está asociada con una leyenda lituana sobre Jurate, la reina del mar, quien se enamoró de Kastytis, un pescador. Su padre quien era muy celoso, no estaba de acuerdo, y para castigarla, destruyó su palacio de ámbar y la convirtió a ella en espuma de mar. Y esas piezas de ámbar que se encuentran en el Báltico siguen siendo las piezas del palacio de Jurate.

COMPOSICIÓN QUÍMICA

Siendo de origen vegetal, el ámbar está clasificada como gema orgánica. Esta clasificación incluye todas las piedras preciosas creadas o derivadas de organismos vivos (en este grupo también estarían incluidas las perlas, el coral o el marfil).

Es necesario un larguísimo período de tiempo geológico para que la resina de los árboles sea transformada en Ámbar. Este proceso, al igual que otros fenómenos de la naturaleza, nunca ha sido comprendido plenamente ya que dicho proceso prevé la formación de estructuras moleculares muy complejas (polimerización molecular), la evaporación de compuestos aceitosos y condiciones de calor y de presión muy particulares. Apenas secretada, la resina comienza a endurecerse, atrapando diferentes objetos o insectos que se encuentra por el camino.

CARACTERÍSTICAS DEL ÁMBAR

El ámbar se caracteriza por su poca dureza (2 en la escala de Mohs), un peso muy ligero y su capacidad de emanar calor al contacto. Los colores del ámbar pueden variar desde los más marrones oscuros, hasta los colores dorados del ámbar amarillo (se han llegado a documentar más de 250 tonalidades). Esta variedad de color depende de su composición química y tipología de árbol, al igual del proceso de formación que sucedió en el momento de su secreción.

Otras particularidades de esta piedra preciosa son las centellantes imperfecciones naturales y diminutas grietas, al igual que las inclusiones prehistóricas como semillas, hojas, plumas e insectos. Un ámbar que encierre un insecto dentro de sí, no solo es una piedra preciosa de colección, sino que implica una importante ventana al pasado a paleontólogos y genéticos.

ATRIBUTOS DEL ÁMBAR

El ámbar fue usado para curar dolores severos de cabeza, cuello y garganta según los manuscritos de Hipócrates. Tiene intensas conexiones con la tierra y es una piedra que asienta las energías superiores. El ámbar es una poderosa sanadora y limpiadora que aleja las enfermedades del cuerpo y favorece la revitalización de los tejidos.

También limpia el entorno de los chacras, absorbiendo las energías negativas y las transmuta en fuerzas positivas que estimulan la auto sanación corporal.

CUIDADOS DEL ÁMBAR

Si eres un@ de los afortunados que tiene una joya de ámbar natural, es preciso que tengas al menos unas pequeñas nociones de cómo debes cuidarlo y almacenarlo para que no se te rompa, raye, o pierda su brillo y belleza. Ten en cuenta que como ya comentábamos antes, es bastante delicado, se raya con facilidad y su brillo con el paso del tiempo puede volverse opaco. Para que éste brillo dure más tiempo, sigue estos consejos:

1. Mantén tus piezas alejadas de fuentes directas de calor, y evita cambios bruscos de temperatura, intentando que no se almacenen en condiciones ni de mucho frío ni de mucho calor. Tampoco es bueno dejarlas en la ventana con temperaturas frías, ni al contacto directo de la luz del sol.
2. Evita golpes al ponerte o quitarte las joyas, pues por su delicadeza pueden rayarse o golpearse y hasta romperse si las dejas sobre una superficie dura bruscamente.
3. Evita exponerlas a la laca o perfumes, ni a detergentes o químicos del hogar, pues pueden formar una capa de color blanco que podrían quedar para siempre.
4. Mucho cuidado si llevas las manos sucias, y sobre todo si están manchadas de grasa proveniente de alimentos de algunos tipos (la manteca, mantequilla y el aceite de girasol pueden ser muy perjudiciales).

ALMACENAMIENTO Y LIMPIEZA

Lo mejor para preservar su brillo y evitar deterioros es guardar tus joyas de ámbar en una caja oscura, y sin que le dé luz solar directa. Aunque necesita de vez en cuando que se lo saque a la luz, para recargar su energía. Con cuidado y sin exponerlo excesivamente, es bueno que el sol le ayude a recuperar su brillo y luz interior. De lo contrario podría perder ese brillo que lo hace tan especial.

La mejor manera de guardarlo y protegerlo es separada de otras piezas de joyería, en una caja recubierta de terciopelo, que evitará grietas si se golpean con las paredes interiores de la misma. Las bolsas de seda no son suficientes para protegerlo pues accidentalmente podría dañarse o rayarse.

Lo más seguro a la hora de limpiar una joya con ámbar es no aplicar ningún tipo de detergente. Frotarlo con un paño suave que no raye, para eliminar restos de grasa, sudor, o polvo después de cada uso es la forma más sencilla de evitar su deterioro.

CÓMO SABER SI EL ÁMBAR ES NATURAL EN CUATRO SENCILLOS PASOS

Al igual que otras gemas ya mencionadas anteriormente, es normal encontrar falsificaciones de ámbar (algunas más creíbles que otras) que pueden hacernos dudar de si la gema es natural o no. En los próximos párrafos describiremos algunos de los aspectos más destacados en la detección del ámbar. No obstante, es importante que ante cualquier duda acuda a un especialista para cerciorarse de lo que está comprando.

1. Cristales de imitación. Hace unos años, en un viaje por México, estuve en unos pueblos mineros donde se extraía ámbar. Era normal encontrar niños en las calles vendiendo vidrios teñidos imitando el ámbar.
2. Iluminación bajo luces UV. El ámbar natural presenta pleocroísmo cuando se observa bajo luces ultravioletas.

    

   

3. Peso. Una de las pruebas que se usan para saber si una pieza de ámbar es auténtica o no es sumergirla en agua salada. Si flota es muy posible que lo sea. Si se va al fondo, con toda seguridad no es ámbar. Pues bien, si se te ocurriera hacer esta prueba, limpia inmediatamente la pieza con agua dulce y sécala bien con un paño suave. La sal también dañará la pieza si no la eliminas. El agua se recomienda que esté tibia, jamás caliente.

4. Creaciones sinterizadas de copal. El «copal» (o ámbar con menor antigüedad) presenta un color más amarillento claro. En ocasiones se funde para crear piezas de gran calidad con insectos en su interior. 

En algunas ocasiones se quema el ámbar para oler la resina. Este método es muy peligroso pues se puede consumir la piedra, además que no diferencia entre piedras de copal y ámbar. 

Cuando el ámbar se trata con aceite caliente las burbujas explotan y, aunque el material gana transparencia, se forman fracturas con forma radial. La resina fósil denominada copal suele emplearse para imitar el ámbar, pero la primera es más blanda y quebradiza.

Ámbar que ha sido tratado con aceite caliente y muestra fracturas discoidales debidas al tratamiento.

Una imitación habitual del ámbar es la baquelita. La baquelita es un fenoplástico que se sintetiza a partir de moléculas de fenol y formaldehído y puede moldearse mientras se va enfriando y solidificando, pero una vez que se enfría ya no se deforma. De ahí que se le denomine un plástico termoestable. Es resistente al agua y a muchos solventes.

También hay ámbar reconstruido a partir de pequeños trozos que se prensan calientes para formar una pieza de mayor tamaño. También puede se vean burbujas de aire alargadas por la presión o las zonas de contacto entre los trozos más pequeños que se usaron para ser prensados.

Espero que os haya gustado este espacio dedicado a una de las gemas que más nos apasiona en Plata Luz, y que os haya sido útil si ya tenéis alguna joya con ámbar, o estáis pensando en adquirirla. 

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